Equipo chileno secuenció por primera vez el genoma completo de la influenza aviar en la Antártica
Un equipo multidisciplinario de científicos chilenos, asociados al Programa Nacional de Ciencia Antártica (Procien), ha logrado un avance significativo en la comprensión de la influenza aviar altamente patógena (HPAIV H5N1) en la Antártica.
Durante una expedición que se extendió desde diciembre de 2023 hasta marzo de 2024, los investigadores llevaron a cabo una intensiva vigilancia del virus, culminando en la secuenciación del genoma completo de la influenza H5N1 HPAIV. Este hito representa un importante avance en la comprensión de la presencia y el impacto del virus en el continente más austral del planeta.
El equipo identificó aves infectadas con H5N1 HPAIV, en particular skuas polares (Stercorarius maccormicki) en la isla James Ross, cerca de la base Mendel de la República Checa. Estos casos fueron confirmados por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y posteriormente secuenciados con éxito por el equipo científico.
El doctor Marcelo González, jefe del departamento científico del INACH y líder de la iniciativa, destacó la importancia de identificar especies clave en la diseminación del virus, señalando que «la skua polar parece ser un actor crucial, pero podrían existir otros vectores involucrados».
Por su parte, la doctora Catalina Pardo-Roa, encargada de la secuenciación, resaltó la eficiencia de la tecnología utilizada, que permitió obtener el genoma completo en menos de una semana tras la llegada de las muestras al laboratorio.
El doctor Víctor Neira, líder del grupo de diagnóstico y análisis de virus, destacó que «los resultados preliminares indican que los virus secuenciados están estrechamente relacionados con los detectados en las islas Georgia del Sur a finales de 2023 y otros de Sudamérica», lo que demuestra una cadena de diseminación local que conecta casos del sur de Sudamérica con la Antártica.
Este importante logro científico proporciona valiosa información para comprender mejor la epidemiología y la propagación de la influenza aviar en la región antártica, contribuyendo así a la protección de la salud pública y la conservación de la vida silvestre en este ecosistema único.